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responsables en buena medida de los hechizos que inundaron el imperio de arena. ¿Acaso lord Gho no había
confiado por completo en él, y lo había hecho seguir por ellos? ¿O eran asesinos con instrucciones de matarlo?
 Agradezco de todos modos vuestra intervención, Manag Iss. Os debo la vida. Me siento honrado de conocer a
uno de vuestra secta. Yo soy Elric de Nadsokor, de los Reinos Jóvenes.
 Sí, os conocemos. Os veníamos siguiendo, a la espera de hallarnos lo bastante lejos de la ciudad como para
poder hablaros con seguridad.
 ¿Con seguridad? No tenéis nada que temer de mí, maese Aventurero Brujo.
Evidentemente, Manag Iss no era un hombre que sonriera con facilidad, de modo que cuando lo hizo ahora sólo
consiguió realizar una extraña contorsión del rostro. Por detrás de ellos, otros miembros de la secta empezaban a
regresar, al tiempo que guardaban las largas lanzas en las fundas sujetas a sus monturas.
 No pensábamos que tuviéramos nada que temer, maese Elric. Hemos venido en son de paz y somos vuestros
amigos, si así nos lo permitís. Mi parienta os envía sus saludos. Es la esposa del Consejero Iss, aunque Iss sigue
siendo el nombre de nuestra familia. Todos tendemos a casarnos con miembros de la misma sangre, del mismo
clan.
 Me alegra conoceros  dijo Elric, a la espera de que el hombre continuara hablando.
Manag Iss hizo un gesto con una mano larga y atezada, cuyas uñas habían sido arrancadas y sustituidas por los
mismos tatuajes que mostraba sobre la boca.
 ¿Queréis desmontar y hablar? Venimos con mensajes y ofrenda de regalos.
Elric enfundó a Tormentosa en la funda y pasó una pierna por encima de la silla, deslizándose después hacia el
polvo del Camino Rojo. Observó a los escarabajos, que se alejaban lentamente, quizá en busca de más hombres-
rata, con sus lomos humeantes recordándole los campamentos de leprosos levantados en las afueras de Jadmar.
 Mi parienta desea que sepáis que tanto ella como la Secta Amarilla se hallan a vuestro servicio, maese Elric.
Estamos dispuestos a ofreceros toda la ayuda que necesitéis en vuestra búsqueda de la Perla en el Corazón del
Mundo.
Elric experimentó entonces un cierto regocijo.
 Temo encontrarme en desventaja, señor Manag Iss. ¿Viajáis a la búsqueda de un tesoro?
Manag Iss dejó que una expresión de suave impaciencia cruzara por su extraño rostro.
 Es sabido que vuestro amo, lord Gho Fhaazi, ha prometido la Perla en el Corazón del Mundo a la Séptima sin
Nombre y ella, a su vez, le ha prometido a cambio el nuevo puesto que se producirá en el Consejo. Hemos
descubierto lo suficiente como para saber que sólo un ladrón excepcional podría haber sido encargado de llevar a
cabo esta tarea. Y Nadsokor es famosa por sus excepcionales ladrones. Es una tarea que, como estoy seguro
sabréis, no han logrado llevar a cabo todos los Aventureros Brujos. Durante siglos, los miembros de cada secta han
intentado encontrar la Perla en el Corazón del Mundo, cada vez que se elevaba la Luna de Sangre. Los pocos que
lograron sobrevivir y regresar a Quarzhasaat se volvieron locos y murieron poco tiempo después. Sólo
recientemente hemos obtenido un poco de conocimientos y pruebas de que la Perla existe en realidad. Sabemos,
por lo tanto, que sois un ladrón de sueños, aunque ocultáis vuestra profesión al no llevar vuestro báculo curvado,
pues sabemos que sólo un ladrón de sueños de la mayor habilidad sería capaz de llegar hasta donde está la Perla y
traerla consigo.
 Me decís más de lo que yo mismo sé, Manag Iss  dijo Elric con seriedad . Y es cierto que lord Gho Fhaazi
me ha encargado una misión, pero también debéis saber que sólo la he aceptado de muy mala gana.
Y Elric confió en Manag Iss lo suficiente como para revelarle el dominio que lord Gho ejercía sobre él.
Manag Iss creyó sencillamente en sus palabras. Las puntas de los dedos tatuados se deslizaron levemente sobre
los tatuajes de los labios, mientras reflexionaba sobre esta información.
 Ese elixir es bien conocido para los Aventureros Brujos. Lo hemos destilado desde hace milenios. Es cierto
que se alimenta de la misma sustancia de quien lo utiliza. El antídoto es algo mucho más difícil de preparar. Me
sorprende que lord Gho afirme poseerlo. Sólo ciertas sectas de los Aventureros Brujos poseen pequeñas cantidades.
Si regresarais con nosotros a Quarzhasaat sé que podríamos administraros el antídoto en el término de un día como
máximo.
Elric reflexionó cuidadosamente sobre lo que acababan de decirle. Por lo visto, Manag Iss estaba al servicio de
uno de los rivales de lord Gho. Eso le hizo recelar de cualquier oferta, por muy generosa que pareciera. El
Consejero Iss, o la dama Iss, o quien deseara colocar a su propio candidato en el Consejo, estaría preparado sin
duda para impedir que ningún otro alcanzara ese propósito. A juzgar por todo lo que sabía, Manag Iss podía ser
simplemente un medio de atraerle, de superar sus recelos, para luego poderlo asesinar con mayor facilidad.
 Me disculparéis si soy franco  dijo el albino , pero no tengo medio de confiar en vos, Manag Iss. Ya sé
que Quarzhasaat es una ciudad cuyo principal deporte es la intriga, y no tengo el menor deseo de verme envuelto en
ese juego de conspiraciones y contraconspiraciones de las que tanto parecen disfrutar vuestros conciudadanos. Si el
antídoto del elixir existe, como decís, estaré más dispuesto a considerar vuestras afirmaciones en el caso de que,
por ejemplo, os encontrarais conmigo dentro de digamos seis días en el Oasis de la Flor de Plata. Dispongo de
elixir suficiente para que me dure otras tres semanas, que es el tiempo en que aparecerá la Luna de Sangre, más el
tiempo que necesito para ir y volver a la ciudad. Eso me convencería de vuestro altruismo.
 Yo también os seré franco  dijo Manag Iss con voz fría . Se me ha encargado una misión, y me he
comprometido a ello por mi juramento de sangre, mi contrato con la secta a la que pertenezco y mi honor como [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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